La crema hidratante debe utilizarse a diario para mantener una piel protegida de los factores ambientales, porque retiene la humedad y la mantiene suave y radiante. Sin embargo, no son pocas las personas que tienen el mismo problema: los efectos de su hidratante no se notan o duran muy poco.
Lo principal que hay que tener claro es cuál es la característica de nuestra piel: ¿es grasa, seca, madura, tiene manchas o necesita luminosidad? También debemos tener en cuenta la zona, por ejemplo en el contorno de ojos, donde la piel es mucho más fina y delicada, no puede aplicarse la misma crema que en el resto de la cara. Con esas dos pautas, podemos elegir una hidratante con mejor criterio.
Si no seguimos unas pautas básicas, estamos perdiendo el tiempo y el dinero
Pasos fundamentales
Exfoliar la piel es la clave del éxito. Para que la crema hidratante haga efecto, la piel debe estar libre de impurezas y eso no se consigue solo con una buena higiene diaria, exfoliar la piel una vez a la semana es imprescindible, (más no, porque podríamos dañarla). De esta manera, los poros limpios absorben mejor el producto y la eficacia del mismo es mayor.
Si no limpiamos la piel, realmente lo único que estamos haciendo es mezclar la crema hidratante con las células muertas y la suciedad de la piel, generando una capa de porquería que puede llegar a «asfixiarla», impidiendo que transpire.
La mañana es un buen momento para hidratar la piel y prepararla para afrontar la agresiones del día, pero si nos resulta más cómodo, podemos hacerlo antes de acostarnos, ya que la piel no se comporta igual por el día que por la noche. Mientras dormimos, perdemos la barrera de hidratación natural de la piel, porque se produce una pequeña exfoliación al regenerarse.
Si aplicamos la crema hidratante sobre la piel cuando aún está un poco húmeda, favorecerá la penetración del agua y hará que el efecto hidratante se mantenga durante más horas. Y si además realizamos un masaje, ayudaremos a estimular la circulación y la entrada del producto en los poros.
Otro factor importante es no aplicar demasiado producto, porque al contrario de lo que pueda parecer, no aumentará sus efectos, además si no aplicamos la cantidad correcta, (que en el caso de la cara no debería ser mayor a una judía), el producto no se absorberá igual y dejará una capa blanquecina encima de la piel.
Y para las épocas del año en que los rayos solares son mucho más intensos, debemos elegir una hidratante con factor de protección solar. Así protegeremos también nuestra piel evitando la aparición de manchas solares y arrugas prematuras.